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Historias Reales.

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Historias Contadas. Algunas son Hechos reales.


Aviso de lo que vas a encontrar en esta página. 
en esta pagina encontraras relatos de terror basados en hechos reales,imajenes,y mas. estas historias son hechos que varias personas cuentan lo que les paso o lo que vieron, tambien estas historias tienen miedo,terror,y cuando las lees te dan un miedo espantoso ya que te imajinas que te puede pasar a ti tambien y es cierto tu tambien puedes ser victima de estos casos...

Llegó la hora de las historias reales que te harán ver la realidad de otro modo. Los autores de estas historias aseguran que son auténticas vivencias que han tenido que superar. Quizás pienses que no son verdaderas, o simplemente que son malas interpretaciones, pero la verdad es que ellos también pensaban como tú hasta que les tocó vivirlas en persona. La realidad siempre supera la ficción. 
   
  
 
Recuerda que tú también puedes enviar tus Historias Reales o fantasia para que sea publicado en esta paguina gratis. (solo con un comentario y nos ponemos en contacto).

***** 

sta rica por negocios de mi abuelo, creo que ya hasta olvidaron como hablar ese bello idioma, pero lo que no olvidan son los mitos urbanos que tienen allá.

Siempre me ha atraído mucho los cuentos de fantasmas y siempre le pedía a mi abuela que me contara historias de miedo, mi abuela con mirada amarga siempre lo hacia (a pesar de que no quería).
Me contó diferentes mitos, uno en particular me llamaba la atención, se trataba de un túnel que unía 2 partes de la ciudad de Okinawa, esta ciudad siempre ha estado envuelta con el misticismo de el shintoismo o creencia en los espíritus, el tramo del túnel antes mencionado es de 200 metros, caminando puede ser cruzado como en 5 min. Me contaba, que hace años un bus escolar que venia de regreso con los niños a la salida del colegio tuvo un aparatoso choque, en este choque un aprendiz de piloto de carreras frustrado se encontró de frente con el bus, mientras este intentaba pasar al coche que tenia al frente, eran como las 4:15 p.m., no hace falta contarles que los niños y el chofer del bus murieron por el impacto.
Tiempo después del accidente y ya olvidado el asunto, una pareja dio el primer vestigio del mito urbano, cuentan que al ingresar al túnel como a las 4:00 p.m. el auto avanzaba y avanzaba pero sin embargo no lograban salir del túnel, cuando lograron salir del túnel eran las 4:30 p.m., nadie se explica porque tardaron tanto en cruzarlo, pero ella me dijo algo en comparación, en Japón tienen el mismo mito que los gringos con el piso numero 13, ningún edificio lo tiene por ser considerado de mala suerte, allí pasa lo mismo pero con el numero 4 ya que 4 en japonés se dice shi y muerte se dice ishii, esa fue la explicación de mi abuela, que por morir en la hora maldita, dejaron su marca en el túnel.

Quieren escuchar algo gracioso, la gente ya no pasa por el túnel a las 4pm



 

¡Papá, papá! – gritaba Pedrito mientras corría despavorido en aquella vereda polvosa y rodeada de montes que iba de la escuela a su casa. ¡Agárrenlo! No dejes que se vaya – eran los gritos que se escuchaban tras el agitado andar de Pedrito.

 

Alcánzalo que ya va a llegar se decían entre ellos: Hugo, Paco y Luís, mientras Pedrito corría como si de su vida se tratase, ya se le notaba el cansancio; pero, los ojos se le iluminaron cuando frente a él apareció el ultimo riachuelo, sabia que su casa se encontraba a solo unos metros, se sentía aliviado, ya casi a salvo, pues esa maratón forzada llevaba ya casi tres kilómetros, el camino era largo y nada fácil, mucho menos corriendo descalzo como él lo estaba haciendo.

La desventura de pedrito había comenzado esa mañana en la escuela, era una zona rural olvidada de la mano de Dios, el paisaje era de lomas, matorrales y sembradíos de maíz. Pedrito de 10 años de edad, era visiblemente pobre, su padre era un borracho empedernido que cuando no vagaba por el lugar, trabajaba en las fincas aledañas, pero estando sobrio era a veces aun mas molesto e irritante que estando ebrio; Maria, la madre de Pedrito, permanecía en casa, cuidando de sus otros tres hijos que eran menores, la vida en el campo era dura y ella hacia todos los quehaceres. Pedrito vestía camisas que alguna vez fueron blancas y ahora eran tan ralas y desgastadas que parecían imitar la piel del propio Pedrito, esto sin mencionar la cantidad de agujeros que le adornaban. Sus pantalones eran un tema aparte, no se podría saber de que color eran: azul, verde, café o negro, estaban tan remendados que no parecían pantalones en realidad sino una suerte de retazos de telas remendados unos sobre otros. Su calzado (si se le podía llamar así), estaba hecho de trozos de neumáticos, como los de un tractor, los cuales se ataba con un cáñamo. En su cabeza, la línea se perdía en el límite donde tenia pelo, negro, crespo y muy mal cortado por cierto, contrastaba con las partes blancas donde ya se le había caído. A contra luz, y a través de su amarillenta camisa, se podía observar la marcada silueta de sus costillas; pero la mala nutrición no había afectado en nada su capacidad para correr, que era lo que a menudo le salvaba.

Hugo, Paco y Luís, eran el típico trío de bravucones escolares que fastidian a los mas pequeños e indefensos. El pasatiempo favorito de éste trío era Pedrito, se burlaban de él a la menor oportunidad; sabían que su padre era alcohólico y no se molestaba en interesarse de los problemas de su hijo. Esa mañana, como siempre durante el receso, comenzaron a burlarse del pobre Pedrito: insultándolo, arrancándole mechones de pelo, golpeándolo y en fin, padecía todo mal que a este trío se le ocurriera. Pedrito, como siempre, intentaba defenderse; pero como siempre, su intento era en vano. En medio de las humillaciones que le estaban haciendo a Pedrito, Hugo se le acercó, y le arrebató un cuaderno que sujetaba fuerte junto a su pecho:

¿Qué tenemos aquí? – Dijo Hugo, ¡Vaya!, es un cuaderno nuevo
Dámelo – dijo Pedrito, Dámelo, mi mamá me lo compro.

Hugo le lanzó el cuaderno a Paco, el que a su vez se lo lanzó a Luís mientras hacían que Pedrito corriera tras de él en un clásico juego cruel; pero en un tropiezo de Luís, Pedrito pudo sujetar el preciado cuaderno y casi al mismo tiempo también lo hizo Hugo, comenzaron a forcejear entre ellos dos por el premio, pero el débil cuaderno de 80 paginas no soportó mucho y se rompió por la mitad; Hugo se burló:

Vaya, rompiste tu cuaderno

Pedrito se quedo con los hombros caídos y la mirada al suelo, mientras los tres demonios seguían burlándose de el con una irritante tonada:

Rompiste tu cuaderno, rompiste tu cuaderno...

Repetían una y otra vez haciendo emerger la ira en Pedrito, átomo a átomo y célula a célula, hasta detonar en una rabiosa explosión. Como quien canta un grito de batalla, Pedrito clamó por su cuaderno, apuño fuertemente un lápiz que portaba en su mano y casi sin pensarlo se lo clavó a Hugo en el hombro derecho. Preso de la ira, no pudo pensar lo que había hecho, pero sabía muy bien lo que tenía que hacer ahora: correr, mucho y muy rápido. No lo dudó, comenzó a correr instantáneamente, después de unas tres zancadas se quito los intentos de zapados que calzaba pues descalzo le era mas fácil correr. Sabia que su única esperanza de salir de ésta era llegar a casa; era un largo y difícil camino, en especial para él que corría descalzo, las piedras le herían los pies y las hojas del maizal de costaban los brazos, pero él ya estaba acostumbrado.

¡Papá, papá! – gritaba cuando estaba a metros de llegar a casa, pero sus perseguidores le seguían muy de cerca y no estaban dispuestos a dejarlo ir. En la pasada del riachuelo, Hugo recogió una piedra y se la lanzó a Pedrito con excepcional puntería, atinándole en la parte posterior de la rodilla; Pedrito cayó al suelo casi de inmediato y mientras se ponía de pie sus atacantes lo alcanzaron, lo tiraron al piso pisoteándolo y pateándolo hasta el cansancio:

¡Hay!, déjenme, me duele
Te dije que no te ibas a escapar
déjenme, perdónenme, me duele, ¡Papá, papá! ¡Mamiiiii!

Pero sus suplicas no fueron escuchadas.
Cuando se cansaron de patearlo lo levantaron bruscamente del suelo, le arrancaron la camisa del cuerpo y lo empujaron para que se fuera

Andá niñita, andá contale a tu papito

Pedrito se alejó tambaleante, iba sollozando, golpeado y con el orgullo herido, mientras sus tres verdugos se quedaron recostados en el lugar, cansados y repartiéndose la malograda camisa del pobre Pedrito casi como lo hicieron los soldados romanos con aquel ropaje en aquella famosa ocasión. Sin embargo Pedrito no caminó mucho cuando a su derecha se encontró con una hamaca tendida en medio del maizal, en la cual se encontraba su padre dormido; se le acercó y ahogado en llanto le dijo:

¡Papi, papi!, Hugo y sus compañeros me pegaron otra vez, yo venia corriendo...
¡CALLATE! le interrumpió su padre. que no ves que estoy dormido
Pero papá, mira me golpearon y...
Pero nada, ya estas grande, yo a tu edad me defendía sólo ¿Qué no sos hombre? No seas tan llorón. Largate de aquí y no me sigas molestando.
Pero...
Que te largues he dicho, ¿Que no entendés?

Diciendo esto Juan, el papa de Pedrito, se dio vuelta en la hamaca dándole la espalda a su hijo para intentar conciliar el sueño nuevamente. Pedrito se sintió frustrado, vio en ese momento que su padre era inútil y por mucho que le doliera Hugo tenia razón. Se dejo caer de hombros y bajo su mirada resignada al suelo; pero ahí, debajo de la hamaca donde dormía su padre, estaba el machete con el que trabajaba en la finca. Si bien su padre era un inútil, tenia razón en algo: ya era hora de defenderse sólo. Lleno de ira, más que de coraje, tomó el machete del suelo y lo desenvainó, luego marchó decidido a encontrarse con su destino sus tres rivales.

Juan escucho la vaina del machete caer al suelo y sin darle mucha importancia levantó la cabeza para ver lo que sucedía: su machete y su hijo ya no estaban, luego escucho aterrado como su hijo seguía su consejo y se defendía a si mismo

¡No Pedrito! Solo era broma
No, ¡mamá!... ¡mami!...
Pedrito yo no te hice nada, disculp...

La ultima frase se escucho como quien habla con la garganta llena de agua, no se logro terminar y cuando Juan llegó donde estaba su hijo, prefirió no haberlo hecho,

Pedro ¿Qué hiciste?
Me defendí papá, ya no me van a volver a molestar

Juan se encontraba atónito en aquella escena: Pedrito se encontraba cubierto de sangre, su desnutrido cuerpo se estremecía con agitada respiración; ante él yacía el cuerpo de un niño de 14 años casi decapitado, era Paco; junto a éste, se encontraba Luís de 13 años con dos serias heridas y casi agonizante, y casi a los pies de Pedrito una mano, que marcaba el inicio de un rastro de sangre que se perdía entre el maizal; era la mano de Hugo, también de 13 años.



Historia enviada por Natalia Oli.

Hace casi ya tres años, en un pueblo pequeño de Murcia, España vivían tres hermanas, de 20 18 y 16 años respectivamente.
 
Una noche fría de fin de semana decidieron ir a hacer sesiones de espiritismo con el permiso de los padres, naturalmente en un cementerio abandonado, allá casi a las afueras del pueblo.
La velada fue lenta pero muy agradable, hasta que ya se empezó a hacer muy tarde y las hermanas pensaron en irse pero en ese momento, un último espíritu apareció en el tablero de Julia, la hermana mayor para contactar con ellas….
 
Las tres chicas preguntaban rápido ya estaban cansadas y querían dejar el juego mas ese espíritu no se quería ir, no contestó nada pero les dejó una última advertencia: pasara lo que pasara por la noche no debían salir para nada del cementerio hasta el amanecer, o sería peligroso, sufriendo fatales consecuencias.
 
Julia no se lo creyó mucho, había quedado ya con su novio, cerró la sesión y salio con su tablero en la mochila, primero rumbo a casa para arreglarse antes de la cita.
La mediana, Elena quería de verdad obedecer al espíritu pero el miedo la venció, salió también al cementerio a su casa sabiendo que solo los padres podrían consolarla y sólo se quedó María, la pequeña.
Significado-de-soñar-con-cementerio (1)
chiste
 
Al amanecer la pequeña amaneció tranquila en el cementerio, y salió sin problemas, pero al llegar a su casa la madre la esperaba en la puerta, llorando; y la dijo que encontraron los policías los cuerpos de las hermanas mayores antes de llegar a la casa…al parecer la mayor se mató en un accidente de moto por la noche, y la mediana al saltar la valla alta del cementerio se cayó  de cabeza.



Esa noche me quedé a dormir en casa de mis abuelos, para al menos echarles una visita que hacía bastante tiempo que no les veía. A la mañana siguiente se iban de paseo, a dar una vuelta por ahí, para estirar las piernas y tomar el aire. Por eso me comentaron que si quería ir con ellos, si aceptaba sólo tenía que estar listo en el salón de casa a las 9 en punto de la mañana vestido y aseado.

 

Acepté y puse el despertador a las 8 y media y me dormí confiado de que el reloj me despertaría. Cuando desperté ya era tarde, habían dado las nueve y cuarto pasadas, me había quedado solo en casa.

Con toda prisa me levanté, hice la cama y me vestí y aseé. Empecé a bajar las escaleras, la casa de mis abuelos era increíblemente grande y cuando recordé que estaba solo me daba la sensación de encontrarme en la casa de Amytiville o en la casa donde se desarrolla
la película Poltergeist. Llegué a la cocina y saqué el desayuno, una caja de cereales que había en un estante. Cuando lo saqué noté la sensación de que mis abuelos aún estaban ahí dentro. Miré hacia atrás, no había nada. Hubiera jurado que mi abuela o mi abuelo estaba mirando cada uno de mis movimientos. Confuso cogí un plato y me eché los cereales.

Me dirigí al salón y me puse la televisión, pero fue extraño, por mucho que apretara el botón la televisión no se encendía. Eso me recordaba a mi abuelo que siempre me la apagaba. Ya era un poco inquietante, pero me senté en el sofá. Empecé a mirar de un lado a otro, estaba aburrido entonces fue cuando me fijé en una foto en la que salían mis abuelos cogidos de la mano. Entonces empecé a sonreír, se les veía tan alegres.

En ese mismo instante la foto cayó al suelo, el marco y el cristal se rompieron. Me levanté del sillón de un salto por el susto. Pensé que estaría mal colocada o estaba demasiado al filo del mueble. Fui hacia la cocina y cogí la escoba y cuando me dirigía hacia la foto el recogedor también cayó. Lo miré, si no se hubiera caído hubiera ido a barrer los trozos sin él. Así que gracias a eso me ahorré otro viaje.

Al recoger todo cogí la foto y la coloqué de nuevo en su sitio. Dejé el recogedor y la escoba en su lugar habitual. Cuando llegaran mis abuelos me darían la típica charla de que no debo tocar las cosas frágiles, al menos siempre la daban cuando ocurría algo parecido. Sin la televisión poca cosa se podía hacer en casa de mis abuelos, podría poner el tocadiscos o la radio o volverme a dormir, así que como no tenía sueño me dirigí a una habitación donde se encontraba la radio. Al andar por el largo pasillo noté un pinchazo en la nuca, como decía el chico de El Sexto Sentido. No quise mirar hacia atrás, seguí lentamente por el pasillo un poco asustado hasta llegar al pomo de la puerta de la habitación a la que me dirigía. Abrí la puerta con mano temblorosa, cerré de un portazo y me eché hacia atrás.

Estaba preocupado por lo que estaba pasando, parecía que había alguien en casa pero no veía nada. Así que puse la radio y me senté en el sofá, esperaría que llegaran mis abuelos, me marcharía y olvidaría todo. Escuché la radio un par de horas, me extrañaba que mis abuelos tardaran tanto en dar una vuelta y volver, quizá hubieran tenido algún percance y se hubieran entretenido, pensé.

Entonces fue cuando sonó el teléfono. El teléfono se encontraba en el salón donde se
rompió la fotografía de mis abuelos. Apagué la radio y salí de aquella habitación, anduve por ese pasillo que tanto me asustaba y llegué al salón donde cogí el teléfono. Era mi madre, estaba llorando a la vez que hablaba, decía que no me preocupara, que debía ser fuerte por lo que acababa de ocurrir, la policía acababa de llamarle y les dijo que sus padres (mis abuelos) habían tenido un accidente de tráfico a las 9 y 15 de la mañana y habían fallecido. Yo empecé a llorar, ella dijo que me recogería papá, enseguida y colgó. Entonces fue cuando noté de nuevo la sensación de que mis abuelos me estaban mirando por la espalda.

Me di la vuelta, no había nadie. Pero aunque no les vi, yo sabía que eran ellos y estaban allí conmigo, dentro de la casa y no sabía que querían decirme, quizá querían despedirse de mí o quizá asustarme como hacían cuando estaban vivos.



La Caja Musical. 

Hola, soy de Chile, concretamente de la tercera región. Lo que os voy a contar me ocurrió como hace dos años atrás. Un día como cualquier otro me encontraba en mi cama apunto de dormir, el resto de mi familia ya hacía rato que estaban durmiendo, luego de algunas horas, en medio del más absoluto silencio, sonó un horrendo sonido musical, como cuando se acaban las pilas.

La música despertó a mi hermano que se encontraba en la habitación de al lado, criticándome me echaba la culpa de aquello y quería que apagara aquella caja, respondiéndole yo que no era mi culpa, en ese momento se paró, pero mi hermano quería que la tirara para afuera, yo me negué, ya que la caja era un recuerdo de mi tía.
Menos mal, que por fin había dejado de sonar y todos regresaron a la cama, yo, todavía un poco nerviosa conseguí conciliar de nuevo el sueño finalmente, al rato la caja de música volvió a tocar, ese sonido parecido a una melodía entrecortada y malsonante volvió a despertarme. Llena de valor, me levanté tomándola con fuerza y la lancé hacia fuera, a partir de ese momento conseguimos dormir todos de un tirón.

Al día siguiente, lo primero que hice fue buscar la caja, al recogerla me di cuenta que no portaba pilas, el deposito de las pilas estaba cerrado pero vacío.
Le conté a mi madre lo ocurrido y me dijo que la caja musical era un regalo de mi tía, fallecida. Pensé que mi tía me podría haber alarmado de algo, asustada llamé para el sur, en donde están mis familiares, informándome que mi tío, el esposo de ella, tiene cáncer terminal.

Después de que realicé la llamada telefónica, todo esto dejó de suceder...







 

 Hola a todos, desde hace mucho quería escribirles mi historia; soy originaria de la cd. de México. Comenzaré por decirles que no sólo me ha ocurrido a mi ,también a mis padres y a mi hermano.

Mis abuelos paternos murieron antes de que mi hermano y yo naciéramos, pero eso no quiere decir que no los conozcamos ni que se hayan alejado de nosotros; mi abuela se llamaba Elena, murió cuando mi papa tenía cerca de 4 años y mi tío tenía 3 meses de
nacido; mi papa nos platicó que a el se le apareció mi abuela en diferentes ocasiones, esto ocurrió hasta los 14 años de edad, me cuenta que en una ocasión que fue al baño la vio venir hacia a él, se dio cuenta que sus pies no tocaban el suelo ,el salio corriendo hacia la casa, gritando, esa fue la primera vez que le tuvo miedo y la última vez que la vio. Más adelante, cuando murió mi abuelo ( mi papa ya tenía mas de 20 años) visitaba a mi papa por las noches, dice que podía sentir como se acostaba junto a él y le besaba la mejilla, mi mama nos ha dicho que ella lo único que ha sentido es que alguien se sienta a su lado sobre la cama.

En 1989 mis padres tuvieron una fuerte discusión, lo que provocó que se separaran, en ese entonces yo tenía seis años y sólo conocía a mi abuela por un retrato que esta en el cuarto de mis papás, cuando mis papás se separaron yo fui la más afectada, un día mientras estaba de visita con mi papá, me puse a llorar, miré el retrato de mi abuela y, ella me sonrió y escuché un susurro que me decía: " no te preocupes todo estará bien ", se lo comenté a mi papá y él creyó en mi. Años más tarde me enfermé, y volví a escuchar ese susurro, pero esta vez vino acompañada de una caricia.

El retrato de mi abuela es muy especial, pues es una pintura, pero lo que lo hace realmente especial es que claramente se ven sobre el cristal sus lágrimas, no importa cuantas veces limpies el cristal, las lágrimas nunca se van.

En la recamara de mi hermano, por las noches se escucha como rasguñan la pared, eso no es todo, mi hermano nos ha comentado que en repetidas ocasiones, en las noches se despierta porque siente la presencia de una persona, y cuando mira hacia la puerta, ahí se encuentra recargado mi abuelo, le sonríe y le dice que duerma en paz porque él lo está cuidando.

Cuando estamos todos en la planta baja de la casa, en el techo se escucha el rebote de una canica, y en las noches se escucha en la recamara de mis papás como si estuvieran arrastrando un sillón en la casa de al lado, en esa casa vive una de mis tías, ella dice que escucha ese mismo sonido , pero que proviene de mi casa; ahora tengo 23 años y estoy 6 años residiendo en la ciudad de Tijuana, mi casa de México está sola, por las mañanas uno de mis tíos, da consultas médicas ahí, así que decidieron que viviera ahí un amigo de uno de mis primos, lo cual a mi me molestó mucho , por que no nos avisaron, además de que se estaba quedando en mi recamara, una noche me puse a hablar con mis abuelos como en muchas ocasiones lo he hecho ( ellos no me responden sólo me escuchan), les pedí que por favor lo asustaran para que se saliera de la casa, días después platiqué con el amigo de mi primo y le pregunté que si no le había ocurrido nada extraño en la casa, y me respondió que por las noches se escuchaba como alguien subía las escaleras, yo me sorprendí, porque nosotros nunca habíamos escuchado eso, además de que no creí que mi petición fuera respondida.

 

Perdonen si no doy grandes detalles de lo que nos ha sucedido, pero este relato no es para causarles miedo, si no para que se den cuenta de que no todos los espíritus son malos, o están aquí porque tienen algún asunto, también están para protegernos, para mi abuela, es mi ángel de la guarda, y mi abuelo es el de mi hermano, se que es egoísta de mi parte el pedirles que no se alejen de nosotros, pero yo no los conocí, y me reconforta saber que están a nuestro lado, yo tengo la idea de que ellos viven en nuestra casa, pero aun con la distancia entre la cd. de México y Tijuana. Ellos no se apartan de nosotros, cada noche, antes de dormir, les envío un beso...



Lo que les voy a contar me sucedió en primera persona. Hace ya algunos años salimos a pasar un fin de semana de acampada en la orilla de un embalse, un pareja de amigos, mi chico y yo.

La zona era un marco incomparable, un espeso pinar y un jaral enorme hasta llegar a la orilla del agua.

El primer día montamos nuestras tiendas al lado de dos enormes troncos puestos a modo de banco entre los que había situada una piedra grande de pizarra sobre la que descansaba un velón de cera medio derretido. Imaginamos que lo habrían dejado quienes estuvieron antes que nosotros. El caso es que a mi me pareció bonita y la cogí para ponerla sobre nuestra mesa de camping.

La primera noche transcurrió tranquila, a no ser claro por la enorme borrachera que agarramos los cuatro. Baste decir que a las diez de la mañana me levante con un hambre increíble y sin resaca (normal, aun quedaban en mí efectos del alcohol), la vela había quedado en el suelo y yo medio dormida al levantarme la pisé. Una lamentable pérdida que acabó con el resto de desperdicios en la bolsita de basura.

Esa misma mañana nos bañamos en el pantano, el calor era sofocante. Durante el medio día cayó una granizada de aupa, sólo contaros que el tamaño del granizo era del tamaño de pelotas de ping-pong, que temimos por las lunas del coche, y que con ellos llenamos la nevera de hielo. Hasta aquí todo bien, pero llegó la noche. Cenamos y nos acostamos, no quedaban ganas de guasa, la verdad.

Cuando mi pareja y yo ya estábamos medio dormidos, nuestro amigo nos dice a voces desde su tienda, que hiciéramos el favor de dejar de hacer coñas. La verdad no le hicimos caso, pero el continuó increpando que dejáramos de dar golpes a su tienda, a lo que le respondimos que nosotros estábamos acostados desde hacia rato y que no estábamos haciendo nada.

Asustado dijo que allí había alguien. Ellos dos salieron para ver que pasaba, pero allí no había nadie. Sin hacerle caso de nuevo le dijimos que todavía estaba borracho y que se acostara que allí no pasaba nada.

No pasaron ni cinco minutos cuando fue al lado de nuestra tienda cuando comenzamos a escuchar pasos avanzando por el lateral de nuestra tienda y notamos como se frenaron en seco justo delante de la entrada. Evidente, pensamos que era él devolviendo la supuesta aroma. Mi chico abrió de golpe la cremallera, pero allí no había nadie.

Asustados, le llamamos diciéndole que efectivamente alguien andaba rondando por allí. Salió de la tienda con la escopeta de perdigones en la mano y nos dijo de echar un vistazo por la zona para encontrar al gracioso en cuestión. Su novia se vino conmigo a la tienda mientras ellos hacían la ronda. No pasó mucho tiempo cuando notamos como una mano hundía la tela de mi tienda hacia adentro. Ambas nos pusimos a gritar como locas.¡Esta aquí, esta aquí!,. Desde la distancia, donde ellos se hallaban veían nuestra tienda, el hundimiento de la tela, pero allí no había nadie.

Corrieron hacia nosotras y nos contaron lo que habían visto. Justo es decir que me entró el peor miedo de toda mi vida.

Decidimos largarnos cuanto antes de allí. Yo propuse irnos tal cual, por mi lo habría dejado todo como estaba, hasta los zapatos, pero ellos se empeñaron en recogerlo todo.
Pues bien, con mas miedo que vergüenza comenzamos a desmontar tiendas, el uno frente al otro para así cubrirnos las espaldas; por lo que pudiera pasar. En realidad para entonces pensábamos que habría por allí algún chalado con ganas de fastidiar. De pronto comencé a oír susurros a mi espalda, se me erizó la piel y me quedé paralizada, ni siquiera fui capaz de gritar del miedo que tenía. Pregunté a mi chico si también lo había oído, me contestaron los tres que sí. Al menos no estaba sugestionada, todos lo habíamos escuchado. Me entró verdadero pánico y casi tuvieron que arrearme para que reaccionara.

Casi terminando de recoger y de meterlo todo dentro del coche oímos música heavy como de fondo, como si saliera de algún coche cercano, nos quedamos escuchando unos segundos y comenzamos a ver luces que se encendían y apagaban de modo intermitente a ambos lados de nosotros, pero no había nadie que lo hiciera.

Cuando ya estaba todo listo para largarnos, nuestro amigo nos comenta que se ha dejado las cañas de pescar echadas en la orilla, que va a ir a por ellas, que le esperemos en el coche.

Ni de coña, que luego pasa lo que en las pelis americanas, que nos descuartizan uno por uno, a si es que se lo dije y decidimos ir todos juntos. Pues igualito que la santa compaña, y en fila de a uno con mi chico cerrando fila escopeta en mano bajamos hacia la orilla. El último tramo estaba en pendiente y cubierto de jaras, así que bajo solo y nosotros nos quedamos arriba, observándolo, al fin y al cabo nos veíamos los cuatro perfectamente. Pues bien según él bajaba pudimos ver como las jaras se movían tras de si en zig zag, como si hubiera un jabalí tras él, pero no había nada.

Después de los gritos el susto y el miedo volvíamos juntos al coche, subimos y sorpresa, no arrancaba. Nos habíamos quedado sin batería por mi cabeza pasaron desde la matanza de Texas hasta kilómetro 666. Pensé que de salíamos vivos, cuando de pronto y tras forzarle mucho decidió arrancar.

Con los nervios destrozados montamos en el coche, pero...., no podía con nuestro peso, cuesta arriba y todo embarrado por el granizo caído a medio día. Asi es que mi amiga, mi chico y yo bajamos del coche y su novio se quedó al volante. Caminamos delante del coche, poco a poco, alumbrados por los focos. Ese corto trayecto se me hizo el más largo de toda mi vida. Según íbamos andando veíamos como se movían las jaras y escuchábamos susurros, me sentía igual que el condenado, recorriendo la milla naranja.

Afortunadamente no nos ocurrió nada, por fin salimos a la carretera y nos dirigimos a casa. No sin antes, y para colmo pararnos la guardia civil y hacernos un control de alcoholemia, pero al ver las caras que llevábamos nos preguntó que ocurría le contamos vagamente lo ocurrido y nos dijo que nos fuéramos a casa. Cosa que no seria de extrañar de no ser porque el conductor tenía el carné de conducir retirado por alcoholemia.

Al día siguiente riéndonos de nosotros mismos decidimos volver al mismo sitio, con el miedo y las prisas nos habíamos dejado muchas cosas y cual fue nuestra sorpresa al descubrir que donde habíamos estado acampados habían grandes círculos de piedras en el suelo. Andamos un poco más por la zona y vimos que a alguien le había ocurrido lo mismo que a nosotros, sólo que éstos dejaron todas sus pertenencias en el sitio, la tienda de campaña montada, las deportivas en la puerta y la ropa dentro.

Desde entonces no he vuelto por allí, pero indagando por internet y por lo que cuentan los viejos de los pueblos, frente a nuestro emplazamiento había una ermita derruida de la que sólo vimos un montón de piedras maltrechas, en la que dicen se celebran ritos de sectas y cosas extrañas. También supimos que cerca había un manicomio.

Quien sabe si había algo sobrenatural o sólo un montón de chiflados con ganas de fastidiarnos, que de ser así lo consiguieron.

Lo que si es cierto, es que hubo muchos mayores que nos avisaron de que no fuésemos por allí de noche, pero no quisieron decirnos el porque. Desde luego no volveré en lo que me resta de vida.

 

RESEN POR Mi. 
Historia enviada por: Rusben.
Era un señor llamado alejandro que se caso con su novia llamada maria despues de averse casado tuvieron 2 hijos uno llamado alejandro igual que el y la niña que era mas grande se llamaba nany.
El era de escasos recursos economicos pero despues de tamto buscar trabajo lo contrataron en pemex el era el intendente pero despues de mucho tiempo paso a ser trabajador de la planta.
Pasaron varios años y alejandro paso a ser jefe sus compañeros de trabajo propusieron que para celebrar el nuevo puesto de alejandro irian a un balneario.estuvieron hay 1 fin de semana con su esposa hijos y amigos con sus familias,de ida se fueron en un urbano de primera.
Cuando llegeron la pasaron de maravilla.el domingo ya por la tarde alejandro se encargo de pedir el mismi urbano en el que habian llegado,le dijeron que si que llegaban como en 1 hora estuvieron espernado 3 horas y alejandro mui enojado volvio a llamr nadie le contesto y hasta que porfin llego el camion pero no era el que el habia pedido pero de todas formas se fueron en el ya que todos estaban cansados y ya querian llegar a sus hogares.
Cunado estaban a medio camino todos ivan dormidos pero alejandro se desperto porque sintio que el camion iva mas rapido de lo normal cuando se acerco a preguntarle al chofer porque la velocidad tan alta el chofer estaba blanco y no tenia en mano el volante el le pregunto que porque lo habia soltado el chofer asustado le dijo que era porque los frenos no respondian y en menos de 10 minutos el camion se fue por un barranco todos murieron menos alejandro ya que era por la pocicion en la que iva.
alejamor quedo inconciente por 2 dias ya qeu se dio un golpe muy fuerte en la cabeza.
Cuando recupero la conciencia lo llevaron a donde estaban velando a su esposa e hijos cuando los vio en esos atauds se volvio a desmayar de la impresion volvio en si y despues de 1 dia los fue a enterrar al panteon pero no les reso.
Pasaron varios dias y los trabajadores del panteon comenzaron a decir que veian a una niña caminado sola y diciendo "recen por mi" muchas veces,tambien varios conductores veian a una niña y por tratar de esquivarla chocaban contra la barda del panteon pero cuando querian ver si estaba bien la niña ya no estaba.
Le dijeron a alejandro lo sucedido y le recomendaron que resara por ella.fue al panteon y le reso,despues ya nadie volvio a ver a esa niña jamas.

 

El Amor de mi vida con 19años
Historia enviada por: Arlote. 
Me llamo Arlote, tengo 19 años y ya estoy casada. Mi historia comenzó cuando conocí a mi Esposo Frank Chuy, quien no vivía en la misma ciudad que yo. Nos conocimos en la iglesia, yo lo mire y me gusto, de igual manera el me miro y nos agradamos, pero ese día él no se atrevió a hablarme.

Mi hermanita le pidió su número a él… ellos platicaron por algunos dias y el supo que yo era su hermana. El me busco en las redes sociales, mando solicitudes a todas y yo lo acepte, platicamos un poco y luego me pidió mi numero yo igual se lo di, pero no sabía que era aquel muchacho que había visto.

Luego me pregunto que si me acordaba de él… para mi fue tan sorprendente que me emocione y platicamos asta las 3:00 am. Y hace fueron pasando los días y seguíamos platicando hasta tarde, pasaron los meses y seguíamos asi. A los 6 meses de tratarnos el me pidió que si quería ser su novia… yo acepte con mucho gusto…!

En ese tiempo pasamos muchas cosas lindas, salíamos juntos, para mi eran los mejores momentos de mi vida, me sentía tan bien con el que lo lleve con mis padres y se hizo nuestra relación más formal. Después de un año nuestra relación creció tanto que decidimos casarnos… Nos casamos y ese día para mí fue el más feliz, yo lo amo, el me hace inmensamente feliz. Hasta el día de hoy estamos juntos vamos a cumplir 1 año de casados y me siento muy afortunada… siento que soy bendecida por Dios al darme un esposo tan maravilloso como el… somos el uno para el otro y yo estoy completamente segura que el amor si existe y si es felicidad…!

Espero cumplir muchos años más a lado del Amor de mi vida… Él es mi historia de Amor!


 El relato de un amigo. 
Hace más o menos 3 años, un amigo nos contó que en su casa eso de las 12 de la noche luego de trabajar fue a su casa a dormir, pero antes de dormir tenía hambre, va justo a la cocina a ver qué hay de comer, enciende una linterna y apunta a la cocina, y se encuentra un perro que estaba de espalda. Él se acerca al perro y vio algo terrible, jamás visto en la vida, el perro tenía cara de persona, el perro, al ver al muchacho, desapareció misteriosamente. El muchacho, muy aterrado, se da cuenta de que era una jarjaria. El muchacho muy aterrado, se va a dormir, y siempre va a la misa a orar por su casa, porque teme volver a ver a la jarjaria.
Este relato fue sierto, aunque no lo crean.

Lluvia extraña

Historia real enviada por: faisán T. 
Era una tarde lluviosa, en donde la única opción de entretenerse era quedarse en casa jugando algún juego de mesa, llenando algún crucigrama, tomando alguna taza de té caliente para el frío o simplemente jugar con muñecas, que era lo que hacía la pequeña Elizabeth. Lo que más le gustaba a nuestra pequeña era darle vida a sus muñecas con entretenidas historias de piratas y de tesoros escondidos y esto sucedía en su habitación, para ella era el lugar perfecto para que sus muñecas se convirtieran en temibles piratas. Y este gusto por inventar historias de piratas se debe a que su madre cada noche para que ella se quede dormida le lee algún cuento sobre piratas o simplemente los inventa para que la pequeña pueda dormir.

Esa tarde de lluvia fue extraña se sentía en el ambiente o eso era lo que la mamá sentía, algo extraño, pero ¿Qué era? . Elizabeth como niña no sentía la mismo, ya que, para ella solo era una lluvia que la obligaba a mantenerse dentro de la casa a la espera que terminara. Mientras ella jugaba su madre se encontraba en la planta baja de la casa preparando lo que sería la cena que sería especial debido a que los días de lluvia la mamá cocinaba lo que Elizabeth más le gustaba comer que eran panqueques con manjar o con mermelada y un buen tazón de leche.

La chica estaba inmersa en su mundo de piratas, barcos hundidos y tesoros escondidos cuando escucha la dulce y melodiosa voz de su madre que le dice: “¡Baja, la cena está lista!”,” ya bajo” responde la pequeña, comenzó a ordenar sus juguetes ansiosa debido a que abajo la esperaban unos ricos panqueques y lo que sería una tarde perfecta, cuando la niña se disponía a bajar por las escaleras un brazo la rodeó, la tomo y le tapó la boca. Era su madre que le dijo “¡shhh! Yo también escuché eso.

nina mano boca......................... 

 

La casa extraña. 

Historia real enviada por: Javier F. 

Nos ubicamos en una casa a las afueras de la ciudad, con un ambiente tranquilo y pacífico.

Allí se encontraba una pareja sin hijos que vivían como una familia ordinaria. Un esposo con un trabajo nocturno llamado Luís, y su esposa, una ama de casa llamada Gabriela

Pero un día ese entorno se vería afectado….

-¡¡¡¡HAAAAA!!!! – Un tremendo grito se escucha desde la cocina. Era el grito de Gabriela.
-¿Qué pasa? – Pregunta Luís algo angustiado.
Sin embargo la mujer no paraba de gritar, pues en el lavabo yacía su gatito muerto con el tórax y las tripas de fuera, como si la piel y la carne fuesen una horrible máscara, con las piernas quebradas, todo ensangrentado.  Se alcanzaba a percibir una expresión de sufrimiento en su rostro aún con el hocico abierto.

sombra asesino terror
-Tranquila, tranquila, debió de haber sido un animal -dice el esposo tratando de calmarla.
Pero Gabriela no para de gritar y abrazando fuertemente a su esposo le dice -dudo que sea un animal, pues ¿qué clase de bestia haría esto sin comérselo?-
-Tal vez cuando llegó por la noche el animal se asusto y salió del lugar, sin poderse comer al gatito-dice aun acariciándola y tranquilizándola.
La esposa asiente con la cabeza aun con miedo, creyendo en sus palabras aunque en su interior no crea que del todo haya sido un animal. Sin embargo se tranquiliza un poco y le pide de favor que limpie eso. Luis lo hace con mucho gusto diciendo que olvidará lo de hoy y que pronto le comprará un gatito nuevo. Así transcurrió el resto del día y la noche… Y en la mañana siguiente…

-¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH! De nuevo se volvió a escuchar el grito de la mujer, pero esta vez con más intensidad.
Nuevamente Luís baja para ver lo sucedía y ahora Gabriela, al ver a su esposo bajó corriendo para abrazarlo, quería sentirse segura en sus brazos, saber que esta vez tomaría en serio lo que ocurría.
-Luís, porfavor, ¡llama a la policía! Tengo un mal presentimiento sobre todo esto.-
Pues ahora en la mesita de la sala, se encontraba un ratón totalmente destripado, la cabeza completamente volteada, sus patitas y cola habían sido arrancadas aparentemente  de un mordisco.
-Amor, tranquilízate, recuerda que vivimos fuera de la cuidad y cerca de un bosque, por lo tanto no faltará el animal que entre en busca de comida. – Dice un esposo con una sonrisa, manteniendo la calma y la serenidad.
-¡Pero mira como está! – exclama Gabriela. -¡¿De verdad crees que un animal hizo esto?! Debe ser un asesino que nos esta intimidando, ¡o aun peor! Un monstruo que nos quiere devorar! -dice angustiada y con ojos llorosos.
-¿Monstruos?¡Pfff! -Exclama Luís. -Ya estás grande para creer en esas tonterías, ya te dije, ¡cálmate ya! El fin de semana pongo trampas para cazar lo que sea que está entrando- El marido deja de abrazar a su mujer y comienza a limpiar el cadáver hecho trizas. Sin embargo, Gabriela no se quiere quedar con la inseguridad, así que mientras Luís duerme, Gabriela instala algunas cámaras en la casa que tenían guardadas. Antes de irse a dormir, cierra todas las ventanas y deja grabando las cámaras.
A la mañana siguiente, Gabriela encienderápidamente la computadora para checar lo que las cámaras grabaron la noche anterior, pues tiene miedo de encontrarse algo extraño.Siguió revisando, hasta que ve algo inusual. Aproximadamente a las cinco de la mañana se ve a un hombre entrando a la casa con un animal entre manos. Gabriela se asusta inmediatamente, siente como se acelera su corazón, pues entra por la entrada principal. ¡No solo es un sádico! Si no que también sabe forzar cerraduras. Gabriela no lo podía creer. ¡Ella tenía razón! Un sujeto estaba mandando mensajes de muerte.  En el momento que saca su celular, Gabriela es golpeada fuertemente con algo en la cabeza, dejándola inconsciente.

Cuando Gabriela despierta, se encontraba en el sótano amarrada de una silla.
La mujer no sabe cuánto tiempo lleva allí, ni que había sido de Luís, le atravesaba el corazón pensar que algo malo le había sucedido a su fiel y amado esposo.

Tal vez sería inútil perolo único que podría hacer es gritar desesperadamente -¡¡¡LUUIIIS AYUDAAA!!!

Grito tras grito se escuchaba en el sótano, retumbado en las paredes húmedas, pero no recibió respuesta alguna.

Las lágrimas salían de su rostro. Su corazón latía con una fuerza mientras el sudor recorría su frente y la angustia la mataba por dentro, pues el temor se había apoderado totalmente de ella, pero lo que escuchó enseguida le paralizó el alma. Una voz proveniente de la oscuridad le respondió –Tu Luís no vendrá-
-¿Qué le has hecho?- Dice la mujer con un miedo atrapado en su garganta, que apenas le permite hablar.
-¡Hay Gabriela! ¿Cuándo dejarás de ser tan ingenua?-
Se escuchaba la risa hipócrita y los pasos del asesino al acercarse a Gabriela.
-¡Porfavor! ¡No me hagas nada! ¡No nos hemos metido contigo! -Dice llorando y suplicando por su vida
-Sabes… Tal vez los verdaderos monstruos no son feos, asquerosos y aterradores por fuera–
En ese instante la tenue luz lo ilumina, mostrando su verdadera identidad – ¡Los verdaderos monstruos son personas comunes que hacen lo que muy pocos se atreven a realizar!-
Gabriela no podía creerlo, ¡era Luís!
-¡¿Luis?! ¿Por qué? …. ¿Por qué? tú…- Atónita solo le queda observar a su verdadero esposo -¡Por favor no me hagas nada!, no le diré a nadie que matas animales ni nada de esto… ¡Porfavor no me hagas daño! -dice suplicando con un lloriqueo desgarrador.
-Shhh, relájate amor.- Dice Luís tranquilamente acariciando el aterrado rostro de su esposa.-¿Por qué me suplicas, cuando todo esto es tu culpa?- Dice Luís con una mirada y una sonrisa asesina.
-¡Luís, por favor!- Sigue clamando Gabriela.
-Verás…  Hace tiempo dejaste de excitarme, cada vez que tenia relaciones contigo solo era un simple juego aburrido, así se tornaron con el tiempo. Así que tuve que buscar una manera de satisfacer mis necesidades ¡Y mira que la encontré! El escuchar gritos me prenden como no tienes idea, ¡oh si vieras como me prendías por las mañanas al escucharte gritar…!. Fue un placer indescriptible. ¡Pero tenias que echarlo aperder con tu maldita paranoia!
-¡Si quieres gritare para ti! Y no le diré nada a nadie… ¡Pero por favor no me hagas daño! -no deja de llorar y de sentir el verdadero horror.
-Ho amor… ¡Yo sé que no lo harás!- Dice su esposo sonriente.
De inmediato el esposo inserta un cuchillo sobre el estómago de su esposa, y jalándolo hacia arriba empieza a abrirle hasta donde el tórax lo permite, la mujer grita y llora de dolor.
-¡Siii!. ¡Grita amada mía, excítame como antes lo hacías!- Dice Luís con una cara sádica y llena de placer. Después desencaja el cuchillo metiendo sus manos en la herida, la abre permitiendo que sus intestinos se salgan para dejar un gran charco de sangre sobre el piso.

La mujer impactada por ver sus propias tripas tiradas en el suelo, sumadas por el gran dolor, grita tanto que hasta los vecinos la escucharon. Entonces Luís mete su mano hasta donde esta su corazón y agarrándolo con el puño, mete la otra mano con el cuchillo, saca de un tajo el corazón latente de quien había sido su esposa estos años.
-Dulces sueños amor-

Al siguiente día la policía entró al lugar encontrando a la mujer muerta en el sótano. Sin hallar ningún rastro de Luís.

Hasta la fecha Luís sigue siendo buscado por la policía, pero la pregunta no es donde estará, si no… ¿Qué tan fuerte gritas tu?


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Historia hechos reales enviada por
:Leonardo.
Jenifer era una joven bien parecida, y con gente buena a su alrededor, pero ella no siempre era la buena muchacha de la que la gente hablaba… ella tenia problemas que le hacian perder la cordura, una noche mientras planeaba que comeria, vio una luz roja salir de un arbol, le parecio extraño pero no le dio importancia, al dia siguiente estaba libre, y paso a ver el arbol nuevamente, noto el brillo salir de nuevo, decidio observar mas alla, se paro en la banca del al lado y empezo a observar mas detenidamente, logro avistar un rubi en un nido, quedo maravillada, y se quedo muda, cogio la gema y salio corriendo, sabia que con ese mineral lograria sus sueños y lograria salir de su trabajo, penso una gran felicidad para su futura, pero lo que le deparaba el futuro era algo muy diferente.

a la mañana siguiente noto el deslumbrante cristal en la puerta, era extraño por que lo dejo en una caja fuerte, y penso que le pudieron robar… se apresura a ir a la sala, pero no habian tocado nada, jeni no se mostraba interesada en saber lo que currio, y prefirio ir al banco para depositar el rubi, el banco estaba cerrado, pero prefirio esperar, y ya habia llamado a su jefe para renunciar, regreso a su casa, y empezo a relajarse, en su llacusi, su trabajo le habia dado una mansion, pero ese rubi le daria algo mejor, cuando salio de su relajamiento se vistio rapidamente para ir al banco, sin embargo el rubi no estaba, se asusto mucho y empezo a buscar por todas partes, no lo encontro hasta la noche, que una anciana le llevo el preciado mineral…

-esto es tuyo?
-si muchas gracias, casi me da un infarto!
-no hay de que, pero ten cuidado, conozco esta gema, pero bueno manejalo bien.
y se marcho, jeni no sabia el porque de su advertencia, pero le dio igual, y se alisto para ir al banco, pero al salir la puerta estaba cerrada no podia abrirla por nada, entonces el rubi empezo a brillar, y todo se volvio rojo en la casa, jenifer se sintio asustada, al meter su mano en su bolsillo no encontro el rubi, empezo a caminar por la sala buscandolo, pero la interrumpio una forma humana de color rojo, empezo a correr sin siquiera voltear, subio hasta arriba tratando de escapar, pero la figura se halso contra ella y le corto un dedo, jeni also un extintor y empezo a golpearlo, los pedazos que salian volando le cortaban pero no paraba.

Al destruirlo completamente empezo a llorar durante un rato, luego se levanto a observar por el pasillo, lo que era luz roja ahora era sangre por los muros, hasta que vio una silueta. Era la anciana pero se veia mas macabra, miro hacia ella y tenia ojos llenos de sangre.

Parecia estar muerta y se alejo.

escarlata

-ahora te arrepientes de tu egoismo?. Jeni dio un salto del susto
-durante años e esperado poder ver quien era como yo…
-no hay tiempo de explicar, cuando hay que actuar. jenifer se alejo corriendo pero la anciana la freno parandose frente a ella sin motivo alguno
-es una maldicion… que hay que afrontar, jenifer. se quedo paralizada del miedo.
-la bruja escarlata cobra victimas, soy una de ellas… la bruja escarlata.
-y gracias a ti soy libre, y debo cumplir con mi trato como lo haran ellos.la anciana empezo a sonreir macabramente y a reir, levanto sus manos y los introdujo en la pupila de jenifer.
-SOY LIBRE!!!
– POR TU EGOISMO… SOY LIBREEE!!!.jenifer no dejaba de gritar
-TU ERES MI HEREDERA, ERES LA BRUJA ESCARLATA!!. la bruja murio y se convirtio en polvo y sus demonios le dijieron a jenifer que no tenia ojos:
– deleitate de tu miseria… que sera la unica que de verdad lamentaras…por que mereces algo… PEOR QUE LA MUERTE.

jeni aparecio en su sala con el rubi en sus manos,y no tenia idea que su nuevo trabajo ya hacia en el infierno.

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Esta historia es totalmente real. Ocurrió ya hace años en algún bosque en la comunidad de Galicia. Un hombre, de apenas 40 años de edad, iba con su moto por un pedregoso sendero de ese bosque cuando, por alguna extraña razón, decidió adentrarse en él. Jamás se ha podido olvidar de la decisión que tomó aquel día. Y ocurrió lo inevitable.

 

La espesa oscuridad de la noche empezaba a caer sobre la zona y la visibilidad cada vez era menor, hasta el punto de no poder distinguir el sendero. Incapaz de recordar el camino de regreso, empezó a dar vueltas y vueltas y siempre, al final, se encontraba en el mismo lugar, no avanzaba ni retrocedía.

La desesperación y el miedo se apoderaron de él, pero lo peor estaba por llegar... En la oscuridad los miedos aumentan...

Para más cúmulo de malas noticias, la moto pincha su rueda trasera. Todo parecía estar perdido. La oscura noche se apoderó totalmente del bosque, y el silencio, el silencio, era aterrador.

Muerto de frío, hambriento, cansado, y sobre todo aterrorizado emprendió el camino a
pie. Debía llevar ya una media hora andando cuando por fin vislumbró algo no muy lejos de
donde estaba, algo que le hizo recuperar la sonrisa. Una vieja casina de madera, con luz dentro parecía decirle que su desesperación se había acabado.

- "Hay gente dentro"-pensó-"Me ayudarán"- Era la segunda decisión desafortunada desde que se adentró en el bosque...

LLamó a la puerta, las personas que le abrieron dudo que las haya olvidado y que las olvide en lo que le queda de vida.

Una pareja de ancianos, de entre 65 o 70 años le atendieron muy amablemente. Les comentó todo lo que había sucedido, y ellos le invitaron a pasar la noche allí. Él accedió agradecido.

La cena no resultó del todo de su agrado...La carne tenía un gusto que el nunca había probado, y el vino tres cuartas partes de lo mismo. Dando gracias a los amables ancianos pidió que le enseñaran sus aposentos, donde pasaría la noche. El anciano le acompañó...

-" Es curioso ver como nuestros temores disminuyen cuando tenemos alguien con quien compartirlos, ¿no cree? Usted parecía muy asustado cuando apareció, pero poco a poco su miedo se fue desvaneciendo...Supongo que escapar en la oscuridad debe volverle loco a uno...¿Quién sabe si el verdadero miedo se debe encotrar cuando creemos que estamos a salvo? jejeje..."- Bromeó el viejo. -Desvaríos de ancianos..."- Pensó el hombre.

Ya estaba durmiendo, debían ser altas horas de la madrugada, cuando un crujido le despertó...Alguien estaba subiendo las escaleras muy despacio...demasiado despacio
incluso para dos ancianos...era como si fuera sigilosamente mientras trama algo...Esa desconfianza hizo que el hombre se levantara y mirara por la mirilla de la puerta....Lo que vio le puso los pelos de punta.

Aquel anciano amable, iba hacia su habitación con un hacha en la mano y unos ojos...una mirada que haría echar a temblar a cualquiera.

Corriendo intentó desesperadamente huir, buscó sus zapatos debajo de su cama y notó algo líquido y viscoso en el suelo..se agachó, y vio un cadáver...Pegó un grito. Lo que hizo que los pasos del anciano aumentarán su velocidad. Desesperado, abrió la ventana en el mismo momento que el anciano abrió la puerta, y saltó por ella.

Echó a correr por el bosque mientras oía al anciano gritar:

-"Puedes escapar de nosotros, pero en la oscuridad estarás eternamente. No puedes huir de tus temores!!". Siguió corriendo, y no paró hasta el amanecer...

Por fin encontró la moto. Y el camino de vuelta por el sendero. Cuando se miró el rostro por el retrovisor, parte de su pelo había encanecido..por el miedo de aquella noche.

 

Una noche que jamás olvidaría...Una oscuridad que le ha hecho dormir todas las noches con la luz encendida. Un miedo del que no puede escapar.




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Esta es la historia que me contó una amiga asegurándome que era real. Para preservar su identidad, pongamos que se llamaba Raquel. Raquel tenía un novio, al que llamaremos Raúl, y un fin de semana él la invitó a la casa de campo de sus padres. Era una fecha cercana al día de los enamorados, y la idea era hacer una escapada romántica.

Llegaron el viernes por la tarde a una casa aislada en la montaña, preciosa, a la que se accedía a través de un pequeño bosque. Aparcaron el coche enfrente de la casa, pues no tenía aparcamiento ni garaje, y después se dispusieron a instalarse.

Abrieron las ventanas para que se aireara la casa, abrieron las puertas, conectaron la luz eléctrica y el gas para darse una ducha calentita, etc. Llegó la noche y cenaron en la planta primera de la casa, en el salón con chimenea. Raúl se había esmerado en que todo resultara perfecto; había cocinado una cena estupenda, había comprado cava... Os podéis imaginar el escenario sin problemas.

Pero un grito se oyó en la casa y ambos se sobresaltaron. Se quedaron en silencio, aguardando otro ruido parecido para identificar qué demonios había sonado, pero nada se escuchó. Después del susto inicial, volvieron a relajarse y estaban ya riéndose de su reacción cuando otro alarido se oyó e inmediatamente después la luz se fue. Sin velas, ni linternas, Raúl resolvió ir hasta la cocina para ver si habían saltado los plomos, y Raquel, que es muy medrosa, de ningún modo se quería quedar sola. Llegaron a la cocina, que era donde estaba el cuadro de la luz. Curiosamente, sólo habían saltado las llaves que correspondían a la planta baja. Volvieron a subir las llaves de modo que la luz volvió, y regresaron al salón. Mi amiga Raquel aquí ya estaba bastante nerviosa.

Decidieron subir a la planta alta y dormir, Raúl comenzó a bromear para quitarle hierro al asunto, comentando que si Raquel tenía tanto miedo tal vez sería mejor dormir juntitos, y ella le tomó la palabra. Se fueron a la habitación de los padres de Raúl y allí estuvieron hablando un rato hasta que se quedaron dormidos. Raquel no tenía unos sueños muy dulces y en mitad de una pesadilla se despertó, y pudo ver la luz de una vela acercándose por el pasillo. Miró al lado de la cama y Raúl estaba allí, así que se empezó a asustar de veras.

Trató de despertar a su novio, que tenía el sueño muy pesado, mientras miraba por el rabillo del ojo y veía que la luz de la vela se iba acercando cada vez más a la habitación. ¿Por qué narices dejaríamos la puerta abierta?, se preguntaba Raquel. Gritó muy alto, Raúl se despertó finalmente, pero no había rastro de la luz misteriosa del pasillo. Raúl salió (aquí Raquel ya no le acompañó, prefería quedarse en el cuarto)y le juró que no había nadie, que seguramente estaba medio dormida aún y que había confundido la realidad con un sueño. Raquel estaba bastante segura de haberlo visto, pero si no había nadie en el pasillo ni en las habitaciones, ninguna ventana estaba abierta, su novio tendría razón. Así que se dejó convencer, pero tardó en dormirse. Tenía los ojos como una lechuza, Raúl se volvió a quedar dormido y ella empezaba a sucumbir al sueño cuando...Otra vez la maldita luz de la vela resplandecía desde el pasillo, esta vez Raquel estaba segura de estar despierta, y zarandeó a Raúl sin hacer ruido para que viera la extraña luz que se aproximaba cada vez más hasta el dormitorio donde estaban. Raúl esta vez sí vio la luz de la vela, y se quedó aterrorizado, pues no sabía cómo actuar. Raquel empezó a chillar muerta de miedo, la luz de la vela seguía acercándose, y ninguno de los dos se atrevía a ver quién o qué era el responsable.

Raquel en ese momento, cegada por el terror, se puso la ropa y cogió las llaves del coche, salió por la ventana, se tiró desde el segundo piso de la casa de campo(sorprendentemente no se rompió la crisma) y se quedó en el coche a dormir, pues lo único que podía hacer era pensar en la velita que se veía desde su habitación acercándose al dormitorio. Desde fuera de la casa no se veía ninguna luz y ya estaba pensando que era todo fruto de su imaginación cuando amaneció.

Con la luz del día a ella todo lo que había sucedido le parecía una estupidez de esas en las que uno reacciona desproporcionadamente, y se metió en la casa, gracias a una copia de las llaves que Raúl le había dejado. Mientras subía por las escaleras al segundo piso, dice que el miedo volvió a embargarla, pero que fue valiente y llegó hasta la habitación donde Raúl dormía. El estaba allí, durmiendo tranquilamente. A su lado, en la mesilla de noche, había algo que no estaba la noche anterior. Un candelabro.

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Esta es la Historia que nos a enviado nuestro amigo Antonio Crz. por correo electronico. son Hechos Reales espero les gusten.

Mexicali es una ciudad agrícola rodeada de fabricas y ganadería, yo vivo en el centro de la cuidad pero mi hermano vive en las afueras. Era un fin de semana normal, fuimos a jugar fútbol, estuvimos un rato en casa de nuestros padres los cuales viven muy cerca de donde yo vivo y estábamos conversando. Mi casa se había infestado de cucarachas y tuve que fumigar, entonces yo les pedía permiso para poderme quedar en su casa, en eso mi hermano se ofrece para prestarme la suya ya que él y su familia saldrían a Puerto Vallarta de vacaciones y me pidieron de paso que les cuidara a un cachorrito que acababan de comprar.

Yo muy contento accedí y me quedaría cuatro días en casa de mi hermano, ese día dormimos todos en su casa, era un casa un tanto grande con cinco habitaciones, dos baños, un estudio de dos plantas y un jardín muy bonito. Una casa en realidad muy bonita, lo único malo es que estaba situada en las afueras de la cuidad donde la noche es aun más oscura y todo está tenebrosamente cobijado de un silencio un tanto perturbador.

A unos cuantos metros de la casa se encuentra un campo de algodones y por lo general hay muchos animales en la mañana, antes de irse se despidieron muy apresuradamente ya que el tiempo apenas si les alcanzaba. Me despedí de ellos y en eso mi sobrina me mira, me abraza y me dice: 

"No juegues con Germán, te puede lastimar es un tanto pesado tío y muy enojón" 

Me quedé unos segundos pensativo al ver como se iban pero al poco tiempo me percate de que hablaba de su cachorro, sonreí (recuerdo) y entré a la casa. Cuando entré todo parecía normal, no era la clase de casa en la que uno se queda cómodo. En realidad extrañaba un poco mi casa y más que nada mi cama, en la tarde me fui al trabajo y regresé como a eso de las 11 de la noche. Llegué tan cansado que ni siquiera tenía ganas de comer, me fui directo a la cama y me quede dormido. 

En la madrugada sentí un leve cosquilleo en mi oreja y me desperté, todo estaba muy oscuro apenas la luz de la luna se podía colar por la ventana y no alcanzaba a ver muy bien, pero pude darme cuenta de que la puerta del cuarto no estaba cerrada y afuera de ella podía ver una sombra. No era la sombra de un hombre, en realidad era una sombra un poco desfigurada, pero pude darme cuenta, o creí que era una sombra porque aun en la oscuridad de la noche era aun más oscura. Un oscuro profundo, impensable tal vez, pero aún en la oscuridad, podía distinguir que ahí había algo realmente. No me atreví a averiguarlo así que me cobije de pies a cabeza un tanto asustado y me puse a dormir.

Al día siguiente, por una extraña razón, me desperté muy tarde. Suelo despertar a las 7 u 8 de la mañana pero ese día me desperté a la 1 de la tarde, en realidad se me había ido todo el día dormido y no pude asistir al trabajo ya que ese día trabajaba en turno matutito. Rápidamente hable a mi jefe e inventé una excusa un tanto tonta pero creíble. Sin nada que hacer me dirigí hacia la cocina a comer, me moría de hambre. En eso recordé al cachorro, no le había dado ni agua ni comida me asusté y me puse a buscarlo.

Para mi sorpresa la puerta trasera estaba abierta, sin percatarme que alguien se pudo haber metido. Lo primero que pasó por mi mente es que el cachorro se pudo haber escapado por ahí y salí a buscarlo. Fallando en mi intento por encontrar al cachorro, regresé a la casa y preocupado por lo que mi sobrina iba a sufrir por su cachorro me puse a desayunar. Al paso del tiempo me sentí muy cansado, un poco sin energías, no enfermo, sino un poco cansado y me recosté en cama la mayor parte del tiempo. Buscando alguna excusa que decirle a mi hermano y sobre todo a mi sobrina por su cachorro.

Escuché unos ruidos en la planta de abajo, primero me alerte, después me di cuenta de que tal vez era el cachorro y baje rápidamente e intenté encender la luz por que ya había oscurecido y en esa casa todo se ponía muy oscuro. Pero por obra del destino las luces no encendían, no se si estaba de mala suerte o esa casa me estaba jugando una broma por lógica creí que se trataba de un apagón. Salí de la casa a revisar los botones de la luz y parecían estar en buen estado, cuando entré todo estaba totalmente a oscuras, y se escuchaban los ruidos de algo que caminaba dentro. 

Yo realmente no estaba asustado, estaba completamente seguro de que era el cachorro. Así que me adentré a la casa a oscuras a buscar alguna vela o una linterna, algo que me ayudara a ver. En la mesa principal se encontraban un par de velas aromatizadoras de mi cuñada, las encendí y me puse a hablarle al cachorro, en eso escuché pasitos, pero ahora se escuchaban en el piso de arriba. Un poco temeroso subí por las escaleras, y cuando al final de las escalera volteo hacia delante, en eso todo quedó cubierto por un silencio impensable, mi cuerpo se paralizó y mi corazón se aceleró tanto que sentía como mi pecho se contraía contra si mismo y no mis pulmones que apenas si podían tomar oxigeno.

No podía creerlo, la misma sombra que vi la noche pasada, estaba posada frente a mí en completo silencio, ahora estaba seguro de que la estaba viendo. Tenía una vela y la sombra se posaba sin pena frente de mi, no supe que hacer en realidad, me quede paralizado. No pensé en nada, fue como si estuviera completamente apoderado por esa sombra, en eso sentí algo detrás de mí. Algo que me tocó el hombro y me acarició el oído. Yo estaba aterrado, en eso algo hizo que tomara uso de razón y saliera corriendo.

Con lágrimas en los ojos bajé como pude las escaleras, confieso que ese momento se me hizo eterno y mi vela se apagó a mitad de la escaleras, así que como pude salí de esa casa. Corrí unos cuantos kilómetros, hasta llegar con los vecinos, antes de hablarles me tomé unos minutos, me tranquilicé e intente hablar bien. Ya estando más tranquilo me puse a pensar que le diría a mi hermano y si en realidad me crearía, así que decidí omitir todo lo sucedido y hablarle solo para decirle que no había luz y que el cachorro había desaparecido. Cuando le llamé le expliqué y le dije que la luz había dejado de funcionar y le dije que llamaría a un eléctrico al día siguiente, él me dijo que de acuerdo, entonces fue cuando le dije que el cachorro había desaparecido y me contestó que no. Que Nicole, mi sobrina, se lo había llevado a Puerto Vallarta, por qué no lo quería dejar con su amigo imaginario Germán. 

Obviamente no dormí ahí esa noche, me fui a dormir a un hotel o más bien me fui a pasar la noche a un hotel ya que los siguientes 4 días no pude descansar decentemente y estuve enfermo. Bueno amigos gracias por haberse tomado el tiempo de leer mi anécdota, espero que ni uno de ustedes se tope con algún Germán, no es muy agradable la verdad.



                                        Regreso a casa.
 
Hurgando el bolsillo de mi abrigo saco la llave de su casa, la misma que me diera dos años atrás y que he cargado conmigo desde entonces. Le daba miedo imaginar que un día podía caer en la ducha o por las escaleras, y que los vecinos notarían su ausencia y encontrarían su cadaver, cuando ya estuviera en avanzado  estado de descomposición.
Un miedo ridículo viniendo de alguien que se ocupó toda la vida de llamar la atención, y de rodearse de gente que revolotéa a su alrededor como lo hacen las moscas sobre la mierda.
Entré por la puerta principal con toda la calma hasta llegar a la cocina, ahí la encontré de espaldas con su mandíl de mariposas.
~Con que guisando eh?
Llevándose la mano al pecho y agitada me dijo ~Pero que susto me has dado! Bien podrías haber llamado. Tienes hambre? Llegas en buen momento, acabo de terminar tu favorito: Asado. Siéntate que te atiendo.
~Ya, deja que me lave las manos, ya vengo.
Me miré en el espejo de su baño, un baño que me conocía quizás mejor que yo. La mirada que me devolvía mi reflejo me erizo la espalda. Cuando se ha acumulado tanto rencor por tanto tiempo, el mismo aire se convierte en un barro espeso que vuelve dolorosa la propia respiración.
De vuelta en la cocina la encontré con la vista dentro de la cazuela.
Al sentir mis pasos se ha vuelto hacía mí con esa sonrisa odiosa de toda la vida. ~Te lavaste las manos y no te has sacado los guantes?.
No le dí tiempo de nada, tomé uno de sus cuchillos y se lo enteré en el pecho hasta escuchar los huesos tronar.
~Tú tienes la culpa! Tú me lo quitaste! Tú mataste a papá! Te odio!
Ella aún sorprendida, me dirige una mirada de compasión maternal y tristeza, mientras su estúpido mandíl de mariposas se llena de sangre.
~Pero Mariana, hija...estas loca!
~Estamos mamá, estamos. 

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                            Mariachi aquí
   En el número 12 de la calle del Olmo Ernesto miraba a su madre y a sus tias andar de un lado para el otro de la enorme casona con el pañuelo en la mano y lloriqueando. Lupe la única criada de la casa se encargaba de tapar los espejos de la habitación con grandes sabanas blancas. María la madre de Ernesto le había encargado estar atenta para detener el reloj en el momento preciso. La puerta principal no dejaba de sonar por los parientes interesados en dar el último adiós a la anciana abuela; así como para saber algo sobre el testamento.
El medico de cabezera no se apartaba del lado de doña Eulalia; tomando los signos vitales de cuando en cuando y suministrando morfina para que el pobre cuerpo ya cansado no sufriera de más.
Ernesto y sus primos no sabían realmente lo que estaba por venir, que era todo eso de las tias lloronas y los espejos tapados. Los tios que nunca venían de visita ahora contaban chistes en el corredor.
Era como una fiesta sin ser fiesta.
Las manos de Lupe abrieron el enorme reloj de pie y detuvieron las manecillas a las siete menos cinco.
El galeno entrego unos papeles a María y se retiró muy serio. No le dio paletas a ninguno de los niños como era su costumbre.
Fue una de las tías quién cubrió el azulado rostro de la pobre abuela.
Justo al lado, en la calle del Olmo número 11, Manuel escuchaba el llanto de su primogénito, la partera salio para anunciarle que se trataba de un sano y rosado varoncito.
Lleno de gozo Manuel mando a traer mariachis para festejar a su hijo y dar las gracias a su mujer.
Al arribar a la calle del Olmo y ver tanta multitud, los mariachis no sabían si entrar en el 11 o en el 12.

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                     ¿Pa' que?


Esta semana se ha ganado las palmas de entre las más difíciles que me han tocado sortear entre las tormentas de mis océanos internos. De un sin avisar me llegaron oportunidades. y eso de tener que tomar decisiones así en dos minutos es no solo difícil, sino hasta doloroso. Te dueles y te apenas por ser un pobre diablo que no sabe decidir lo que será de su futuro próximo o lejano.

Pero, como consuelo (como hace todo idiota), me imagino que a todos nos sucede así cuando nos llegan de golpe tantas cosas, buenas, malas y las peores.

El martes…no, ¿era miércoles?, no, seguro fue el martes, venía de regreso del trabajo como cada tarde, con el calor inmundo que ha hecho estas tardes empapando mi pecho que se pegaba a la camisa inevitablemente. El paisaje urbano que poco a poco se va convirtiendo en rural me venia prodigando un poco de calma a especie de caricia muy necesitada. Ver grandes llanos verdes y uno que otro animalillo pastando, me devolvía al mundo donde habitan todos los demás.

Por eso decidí mudarme hasta acá, aunque mi camino al trabajo se haya alargado, no importa, mis tardes, de hecho mis días siguen antojándoseme tan largos que ¿Qué mas da?

El casi inservible autobús en que venía se detuvo como lo hace mil veces a lo largo del camino para subir o bajar gente, cuando mi mirada perdida se posó sobre un pobre muchacho. Era muy joven, quizá unos veintitantos o treinta años, tirado en el suelo incómodamente, la mitad sobre la acera y la otra abajo. En los escasos segundos que duró la parada del autobús en aquella esquina, pude notar que el chico sufría un ataque.

No estaba mal vestido ni sucio, tenía el cabello recién cortado, seguramente se había afeitado por la mañana. Junto a él se encontraba una mochila de lona color negra con vivos en rojo.

Sus jeans mostraban una fresca mancha de orina. Y el pobre joven sufría leves convulsiones mientras sus ojos se perdían hacia atrás.

Las personas pasaban a su lado sin siquiera mirarlo, seguro pensaban que se trataba de un inmundo borrachín que en lugar de estar trabajando para alimentar a sus hijos, se había ido a la pulqueria del lugar a hincharse hasta caer sobre la acera tan indecorosamente.

No pude creer que nadie se acercara a prestarle auxilio, que nadie pudiese notar la diferencia entre un chico de clase trabajadora y un borracho mal oliente.

Si no fuese yo quien notó lo evidente, si yo fuese otro.
Hubiese parado el autobús para brincar y ayudar al joven, pero para su pinche mala suerte, el único observador abordo es un cobarde,  que no tiene ni puta idea de que hacer con su propia vida.

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                               Chispa Navideña
Fabián heredó la propiedad de sus abuelos maternos quienes lo habían criado como a un hijo. Era una enorme casa estilo colonial, con dos adorables balcones, una escalera tallada por un ebanista artesano, piso de duela, chimenea, muebles que denotaban un poco el carácter de los abuelos, severo y oscuro, techo con vigas de madera y tejas de barro. Aunque no lucía descuidada del todo, por dentro los hijos de Fabián se habían encargado de darle desgaste a todo lo que hasta su nacimiento se había conservado en buen estado. Así pues, los muebles, la duela y la pobre escalera, no se habían escapado de raspones, agrietamientos y astilladuras a lo largo de los ocho años de los mal criados gemelos.
Por si fuera poco, la casa sufría de frio y humedad.
Por las noches, cuando ya todos estaban dormidos y la casona podía tener un poco de paz; la pobre se estremecía con las venidas del viento sur. Era como una anciana desnuda expuesta al intemperie, friolenta y temblona. Solo entonces, se podía escuchar claramente como las gruesas vigas del piso más alto, crujían a modo de chillido doloroso y largo.
Estando a pocos días de las fiestas decembrinas, la mujer de Fabián tuvo como capricho, comprar un montón de series de luces novedosas para decorar la casa.
No hubo rincón, incluyendo balcones, chimenea y ventanas; que no quedaran cubiertos por foquitos que tintineaban frenéticamente, escarchas, calcetines, y cuanta decoración sobrara para poder sentirse inundado de espíritu navideño.
Luego que sofocaran el fuego y no quedaran ruinas en pie, ni ser con vida; los bomberos se arrebataban la probable causa del incendio, mientras se llevaban a cabo las investigaciones pertinentes. El jefe del escuadrón un hombre con mucha experiencia, aseguraba que todo habría iniciado por un corto interno, dentro de las entrañas de las paredes; dadas las condiciones y la edad de la instalación eléctrica. Pero un joven bombero tenia serias sospechas sobre la calidad de las series navideñas, hechas en china.


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                                   - Deivid el Bebe-
 
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